sábado, 27 de agosto de 2011

Displasia de cadera y Prótesis de cerámica

Nací con displasia de cadera, no la detectaron a tiempo, desde la adolescencia empece a notar  problemas, en la clase de deportes siempre era la última en llegar a la meta, por lo que nadie quería escogerme en su equipo, eso me lastimaba mucho, al llegar a casa le decía a mi Mamá que me dolía la pierna ella me decía que era porque estaba creciendo y me decía que me tomará unas Aspirinas...

Sin saberlo el problema de mi cadera se iba haciendo cada vez mas grande...

En mi juventud tuve la inquietud de dedicar mi vida exclusivamente a Dios por lo que en el año 2003 ingresé al Postulantado de las Hermanas de San José de Lyon en Honduras, la mayor parte del tiempo viví en Tegucigalpa, en Semana Santa fuimos de misiones a Olancho y esa fue la gota que derramo el vaso ya que tuve que caminar más que nunca, al regresar a Tegucigalpa mi pierna estaba destrozada por dentro tenía unos dolores terribles, ya para esas fechas la Aspirina no tenía efecto alguno; necesitaba tomar 2 pastillas de Voltarén (siendo la dosis de 1) en ese momento tampoco me hizo efecto eso...

Las Hermanas no me dejaban tomar medicina, tema de otro post, me las había llevado a escondidas pero como ya no me hacían efecto y la vida como religiosa es bastante dura (tema de otro post) les dije a las Hermanas de mis dolores...

El caso es que las Hermanas me llevaron con un doctor me tomaron una radiografía y en ese instante conocí que tenia un problema congénito: displasia de cadera, el cual es fácil de solucionar al tener meses de nacida, pero ya a los 28 años que tenía en ese momento, era complicado y costoso remediarlo...

Desde ese día cambio mi vida, trataba de cuidarme más para que mi problema no empeorará pero siendo monja eso se complicaba mucho ya que no contaba con el apoyo de las hermanas para disminuir mi actividad física:
- para dar clases de catecismo tenia que subir un cerro super empinado con la tierra muy suelta, me daba terror caerme, lo hacía con mucho cuidado, gracias a Dios, nunca me caí ahí, pero eso era un gran esfuerzo y desgaste para mi articulación tan dañada.
- para comprar frutas y verduras cada semana íbamos 2 hermanas a un mercado gigante, regresábamos con 2 bolsas súper pesadas cada una, debíamos comprar papaya, elotes, sandía... todo era en camión o a pie, el regreso era terrible pues había que cruzar un puente peatonal entonces subir y bajar con las bolsas gigantes súper pesadas llenas de fruta y/o verdura era una locura en mi situación.

Al darme cuenta de que a las Hermanas no les importaba mi estado de salud (pues al enterarse de mi situación me seguían exigiendo las mismas labores mientras que a Hermanas de votos perpetuos si les tenían consideraciones) decidí salirme de ese proceso...

Regrese a México y fuí con un ortopedista y me dijo que la única "solución" sería la prótesis de cadera pero no es muy recomendada en pacientes jóvenes pues su máxima duración es de 20 años...

Un par de años después Mike y yo nos fuimos a vivir a Canadá, allá nació Cri y sorprendentemente durante todo el embarazo no tuve ninguna molestía en la cadera.

Meses después del parto con el frío y la húmedad, mi discapacidad empeoró, no podía caminar más de 15 minutos sin sentir dolor, fuí con un doctor familiar y me envío con la mejor doctora especializada en ese tipo de cirugías, ella me repitió lo mismo que me habían dicho antes, la única solución era la prótesis de cadera, como mi calidad de vida estaba muy comprometida acepte...

La operación fue con anestesia local, no me gusto escuchar lo que decían... la doctora en un momento dijo "oh shit" lo cual me asusto, preferí no preguntar pues tenía un carácter fuerte y si se enojaba la cirugía no estaría de lo mejor... tuve algunas sensaciones, como los martillazos...

Después de eso fueron 3 meses de recuperación, me llevaron a casa lo necesario como lo fueron: las muletas, el bastón, un adaptador elevado para el W.C., una barra para detenerme en la bañera y un banco para bañarme, cada 3 días iba la terapista a mi casa a indicarme los ejercicios.

Una vez que recuperé el movimiento mi vida cambio... ya no sentía dolor alguno, eso me alegro mucho.

Quedan ciertas restricciones para toda la vida: no correr, ni caminar mas de una hora, ni brincar, ni andar en bici, nada que implique impacto, ni bailar, ni subirme a juegos mecánicos alocados, ni arrodillarme, etc.

Otra cosa que nunca volverá a ser igual es el descanso, levantarme tarde los fines de semana quedo en el pasado... no puedo quedarme en la cama más de 8 horas... estoy acostumbrada a dormir boca abajo y tarde muchos meses en poder lograrlo, ahora puedo hacerlo pero luego de algunas horas empiezo a sentir molestías en dicha articulación, dormir boca arriba me provoca pesadillas y dolor de espalda, dormir del lado no operado no me parece cómodo, además que debo usar un cojín entre las rodillas, dormir del lado operado es casi prohibido...

1 comentario:

M dijo...

Gracias por compartir esto... Un abrazo gigante